Cada vez se escucha más hablar de ‘lo ecológico y su valor’, pero ¿la gente conoce los beneficios de un tema tan concreto como el aislamiento ecológico? Los clientes nos llaman para solucionar sus humedades, su frío o calor, sus ruidos… sin saber (ni tener por qué) si existen técnicas o materiales más o menos recomendables, con mejores o peores resultados en el tiempo.
La realidad es que hay un abanico cada vez mayor de técnicas y materiales en el mundo de aislamiento ecológico, ¿en qué se traducen?
Como su nombre indica se trata de aislar. Aislamos una vivienda, un edificio o un local porque tenemos humedades por condensación, ruidos o variaciones de temperaturas excesivas. Lo que aporta el valor ecológico son los materiales empleados que, por sus características, son perfectos para lograr un adecuado aislamiento térmico y acústico.
Son materiales que llevan años empleándose en otros países de Europa, pero ahora están extendiéndose en España, como la celulosa, el corcho proyectado o la lana mineral. Este aislamiento ecológico otorga mayores prestaciones que otros aislantes empleados antiguamente y además cumple requisitos medioambientales y sanitarios.
Estos materiales se instalan mediante insuflado en la cámara de aire de la vivienda para rellenarlas, proyectados sobre los porches o soplados sobre el falso techo. ¿Qué es la cámara de aire? Es el espacio existente entre la pared de tu casa y la fachada de la vivienda. El tamaño de la cámara suele oscilar entre los 3 y los 11 centímetros.
Se debe analizar cada caso para ver si se debe aislar desde el interior de la vivienda o desde el exterior. Las técnicas por insuflado hacen posible que el aislamiento se realice en un único día y sin obras, ya que el aislante queda totalmente compacto en el interior rellenando al 100% cámaras y cavidades, sin juntas, sin puentes térmicos y sin asientos.
Más allá de la técnica empelada, según el estado de cada edificio, su construcción, su edad y sus características, estos aislantes ecológicos mantendrán por más tiempo el calor y frenarán el derroche de energía. Es decir, si la cámara del edificio está bien aislada y sin flujos de aire, la vivienda tendrá menor pérdida de calor o de frío y podremos ahorrar en la factura mensual. Por tanto, es una inversión que se aprecia en los bolsillos mes tras mes.
Bienvenidos al aislamiento ecológico.
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