Si estás pensando en vender tu vivienda o buscas un inquilino para alquilarla, necesitas comprobar que cuentas con el certificado de eficiencia energética en vigor. ¿Por qué? Porque ahora es obligatorio para la venta del inmueble y, si no lo tienes, en la mayoría de los casos no podrás vender la vivienda o te arriesgarás a sanciones de hasta 6.000 €.
No sólo hablamos de viviendas, sino que la legislación (a través del Real Decreto 235/2013) establece que este documento es imprescindible siempre que se vendan o alquilen edificios o partes de los mismos, como pisos, apartamentos o locales comerciales. Únicamente se salvan casos muy concretos como:
- Espacios de menos de 50 metros cuadrados que se encuentran en zonas aisladas.
- Edificios industriales que se destinen a la propia actividad.
- Espacios no habitables. Por ejemplo inmuebles que se vayan a demoler, cuando el alquiler sea por un máximo de cuatro meses o para plazas de garaje y trasteros.
– ¿El CEE es lo mismo que la etiqueta energética?
La etiqueta energética es un dato que detalla la calificación que ha obtenido el inmueble en el certificado de eficiencia energética. Al vender o alquilar tu vivienda deberás obtener el certificado y la etiqueta.
Esta etiqueta se expresa mediante una escalera de letras, siendo la A la más eficiente energéticamente y la G la menos eficiente. La franja del “aprobado” se sitúa de la D a la A. Si tienes calificaciones A o B, estás de enhorabuena. Esto supone que tu vivienda consume menos energía, es más eficiente y, por lo tanto, se revalorizará en el mercado. En cambio, las calificaciones F y G indican un gran consumo energético provocado por importantes carencias en materia de eficiencia y, posiblemente, de aislamiento.
- Letra A: es la categoría con mayor eficiencia energética. Esto supone un gasto energético muy bajo, menor al 55% de media.
- Letra B: esta categoría cuenta con muy buena eficiencia energética, con un gasto energético entre el 55% y el 75%.
- Letra C: la eficiencia energética es menor que las dos anteriores, pero si tu vivienda tiene esta etiqueta es que sigue teniendo una buena eficiencia energética, con un gasto energético entre el 75% y el 90%.
- Letra D: esta franja representa una eficiencia normal. Su gasto energético medio se encuentra entre el 90% y el 100%.
- Letra E: en este caso, la eficiencia energética es muy reducida. Es muy habitual entre las viviendas y representa un gasto energético entre el 100% y el 110%.
- Letra F: tiene muy poca eficiencia energética, con un gasto energético alto entre el 110% y el 125%.
- Letra G: esta etiqueta indica que la vivienda no cuenta con ningún tipo de eficiencia energética. Las viviendas con esta etiqueta tienen un gasto energético que supera el 125%.
– Cómo solicitar el Certificado de Eficiencia Energética
El propietario de la vivienda es el responsable de entregar en la notaría el certificado original para que la operación pueda realizarse. Si alquilas la vivienda, entonces deberás incluir una copia del certificado energético junto con el contrato de alquiler.
La obligatoriedad de disponer del certificado para vender la vivienda incluye también la obligación de especificar la calificación energética en el anuncio de venta, o tenerlo desde el momento que acudas a una inmobiliaria.
Los pasos para hacerte con tu CEE y etiqueta son lo siguientes. Puedes contactar con técnicos certificadores y obtener toda la información sobre estos pasos en la página web Euskadi.eus:
- Contacta con un técnico certificador que acuda a tu vivienda e inspeccione las características constructivas y las instalaciones de tu inmueble: tomará medidas, revisará materiales y comprobará el aislamiento, entre otras cosas.
- Con los datos recogidos, el técnico realizará un cálculo que estipulará la calificación energética de tu vivienda (de la A a la G) y que añadirá en el certificado de eficiencia energética.
- Para que el certificado sea válido tendrá que registrarse ante el organismo competente del Gobierno Vasco.
– El aislamiento juega un papel clave en el CEE
El aislamiento es un aspecto clave en la valoración. Aspectos como la demanda en calefacción y refrigeración, los materiales aislantes o los cerramientos son revisados para establecer la etiqueta energética correspondiente. Las viviendas de nueva construcción suelen obtener las calificaciones más altas debido a que, entre otras razones, desde 2007 es obligatorio demostrar el certificado de eficiencia energética desde la fase inicial de proyecto y cumplir con los requisitos mínimos de ahorro de energía y aislamiento técnico.
Sin embargo, los edificios antiguos cuentan con un aislamiento mucho más pobre o, directamente, no tienen. Estos edificios pueden subir fácilmente a la calificación C únicamente combinando aislamiento y cambio de ventanas. Por tanto, si mejoramos el aislamiento térmico de nuestra vivienda, además de mantener una temperatura muy estable en el interior de la casa, ahorraremos en la factura desde el primer día y revalorizaremos el inmueble.
Desde Ecoisola realizamos un estudio de las necesidades de tu inmueble, te contamos cómo puedes mejorar la eficiencia energética y te damos un certificado del proyecto que avala las mejoras realizadas. No lo dudes, ¡mejora ya el aislamiento de tu edificio!